A mediados del siglo pasado, Disney realizó una versión animada de la historia de Cenicienta. Esta adaptación, inspirada en el cuento del francés Charles Perrault (que a su vez retomó una leyenda folclórica), cuenta la historia de una joven doncella que espera pacientemente a que su príncipe azul llegue a rescatarla. La moraleja evidente de la historia es que el bien siempre triunfa sobre el mal, ya que logra liberarse de los malos tratos de su madrastra y ella y el príncipe viven felices por los siglos de los siglos. En una lectura un poco más analítica, el mensaje es que a pesar de ser buena y bella, no puede salvarse a sí misma y necesita que llegue el noble caballero a rescatarla.
Seguramente tú conoces alguna Cenicienta. Esa tía que vive a la sombra de su marido maltratador o esa amiga que no puede estar sin pareja. Si termina con un novio, tarda muy poco en conseguir otro ya que no sabe estar sola. Este miedo a la independencia que experimentan muchas mujeres, es descrito como el complejo de Cenicienta.
La primera en popularizar el término fue la psicoterapeuta Coleen Dowling, quien en su libro: El complejo de Cenicienta: El miedo de las mujeres a la independencia, habla de aquellas chicas que tienen miedo a asumir las riendas de su vida. Creen que no pueden cuidarse y por tanto necesitan que alguien más lo haga. Prefieren quedarse a lavar y cocinar en casa, tal como la Cenicienta, a salir y enfrentar el mundo.
Las mujeres que padecen este complejo no desarrollan lazos sanos con sus parejas. En vez de aceptarlos como seres de carne y hueso, tienden a idolatrarlos. Esperan que hagan cosas propias de un príncipe y si eso no sucede, se sienten heridas. Sin embargo, prefieren permanecer en relaciones disfuncionales ya que tienen temor a estar solas. Algunas teorías apuntan a que el origen de estas inseguridades puede estar en la infancia, especialmente si la chica aprendió a que las mujeres necesitan de un hombre al lado para realizarse.
Si algo de lo anterior te suena, no eches en saco roto la idea de buscar una terapia. Trabajar en los problemas de autoestima y dependencia, puede ayudar a superar el complejo. Recuerda que solo tú eres responsable de tu vida.