En las mañanas todo está bien. Te levantas, te bañas y te vistes para comenzar la jornada. La ropa te queda de maravilla y te sientes genial. El problema nace con el paso de las horas. El cinturón te aprieta cada vez más y comienza la molesta sensación de pesadez. ¿Qué está pasando? ¿Qué estás haciendo (o dejando de hacer) para que tu vientre se hinche tanto? Revisemos algunas razones que pueden provocar este problema que médicamente se conoce como distensión abdominal.

Comer deprisa

Al hacerlo se traga más aire, lo que contribuye a la inflamación. Además, masticar poco los alimentos hace que lleguen pedazos muy grandes al estómago y su digestión se vuelva más lenta y complicada lo que genera gases.

Falta o exceso de fibra

Consumir pocas cantidades de fibra favorece el estreñimiento y con él, la hinchazón. Comer grandes cantidades también resulta contraproducente ya que es una sustancia que el organismo no puede procesar y se fermentan en el aparato digestivo lo que produce gases.

Abuso de refresco, cerveza o agua de sifón

Son bebidas carbonatadas que como su nombre lo indica, contienen gas carbónico que puede acumularse en el estómago.

Falta de actividad física

Provoca poca movilidad del intestino lo que no permite que se liberen los gases acumulados.

Tabaco y chicle

Al fumar o mascar chicle tragamos más aire que se acumula en el sistema digestivo.

Intolerancias alimentarias

La distensión abdominal figura entre los síntomas de la celiaquía (intolerancia al gluten), la intolerancia a la lactosa y otras alergias alimentarias.

Si quieres decir adiós al vientre inflamado y te identificaste con alguno de los anteriores, toma las medidas necesarias y verás los resultados. Si no te suena ninguno o a pesar de modificar el hábito sigues con el problema, busca la asesoría de un profesional de la salud ya que tal vez padeces una condición que requiera de tratamiento médico.