Cuando sobreviene la ruptura amorosa y aún amas al otro, sucede uno de los eventos más dolorosos de la vida. En psicología, el tratamiento de una ruptura amorosa es similar al que reciben quienes intentan superar la muerte de un ser querido.
Como todo proceso, el duelo de la ruptura amorosa sigue varias etapas:
- Incredulidad
- Aceptación
- Desorganización
- Reorganización
- Preparación para ser feliz
Las etapas más dolorosas son las tres primeras. Hablemos de la número uno.
I N C R E D U L I D A D
Cuando menos esperada es la ruptura, mayor es la incredulidad. Aun en las relaciones en las que las cosas no marchan bien, la ruptura suele generarla. Esta falta de aceptación puede llevarte a presionar a tu ex provocando situaciones incómodas para ambos. En esta fase es común hacer todo tipo de cosas para «recuperar» al otro, de las que sueles arrepentirte después. Esta es una fase por la que es difícil transitar, porque aunque haya millones de evidencias que digan que esa persona se fue, cualquier gesto, incluso de educación, puede leerse como una señal de afecto.
A C E P T A C I Ó N
Se pasa de tener pensamientos como:
«Esa persona todavía me quiere»
«Voy a cambiar para que estemos juntos»
A otros como:
«Se me terminó y ya no hay más qué hacer»
«No me ama lo suficiente»
«Esa relación no funcionaba»
En esta fase tocas fondo, es una etapa de gran sufrimiento. A los sentimientos y emociones iniciales: la ansiedad, incertidumbre y frustración, sobreviene un sufrimiento intenso, como consecuencia de descubrir que ya no está la persona amada y que no volverá. Dependiendo del amor que tenías por el otro, varía el grado de intensidad de los sentimientos dolorosos. En muchos casos, la tristeza es equivalente a la que provoca la muerte de un ser querido.
Si se permanece en esta fase por más de seis meses, es necesario visitar al psicólogo para superar el momento: la tristeza que no cede puede ser depresión.
D E S O R G A N I Z A C I Ó N
Tras la aceptación de la pérdida de la pareja, fase en la que ya se ha tocado fondo, sigue otra etapa de sufrimiento ya que debes enfrentarte a la realidad. Tu vida estaba organizada alrededor de tu pareja. Tus amigos, hábitos, costumbres, todo giraba alrededor de esta. Te sientes fuera de lugar, toda tu realidad está desorganizada. No te apetece salir y cuando lo haces, llegas a la conclusión de que nadie va a sustituir a tu pareja, pensar eso te hace sentir aún peor. Tener relaciones sexuales con otras personas con tal de olvidar a tu pareja puede crearte un vacío mayor al ver que nadie puede llenarlo.
Es importante que si tenías amigos en común con tu expareja les pidas que ya no te hablen de ella. También es conveniente que quites todos aquellos objetos que te recuerden a tu ex, desde las fotos hasta sus regalos. El verlos reaviva su recuerdo y vuelven a poner el dedo en la llaga. Es muy peligroso guardar cualquier prenda suya que guarde su olor. El olor está relacionado con nuestro sistema primitivo de emociones y nos hará reavivar la presencia de la expareja, esto nos hace sentir bien y a continuación caer en picada al darnos cuenta que estábamos pensando en una relación que ya no existe. De igual modo, no pongas las canciones que escuchaban cuando estaban juntos, te hacen recordar un momento bonito que tenías con tu pareja pero te hundes cuando te das cuenta de que esta relación ya no existe. Tampoco escuches canciones de amores imposibles, eso es hacerte más daño, escribe una lista de canciones que te den energía o incluso rabia para darte más fuerza en seguir adelante pero que no te hagan sentir pena. Recuerda que tú tomas la decisión de volver a recordar a esa persona y, consecuentemente, de volver a sufrir. En muchas terapias el psicólogo insiste en que repitas ,el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional, tú decides sufrir si tomas la decisión de reavivar el recuerdo de esta relación de pareja. Toma en cuenta que el objetivo es volver a incorporarte poco a poco a una rutina. Inicialmente, lo harás de una manera automática, estarás desarrollando labores pero seguirás pensando en tu expareja. Es muy conveniente que entables conversaciones tú y no solo que te quedes escuchando. Cuando escuchas puedes distraerte con pensamientos negativos pero si tú tienes que participar en la conversación, te obligas a pensar en aquello que hablas. Paulatinamente, pensarás cada vez menos en tu expareja. Al principio, en recuerdo de tu expareja te destrozará y luego solo te producirá dolor. Los avances pueden ser muy lentos, pero mientras la tendencia sea mejorar un poco cada día, irás bien.
R E O R G A N I Z A C I Ó N
En esta fase el sufrimiento disminuye. De vez en cuando se logra olvidar al ex y se viven buenos momentos. Cuando vivimos el sufrimiento constante que implica la ruptura, no sufrir, aunque sean por un momento, es un gran avance.
En esta etapa empiezas a recuperar el control sobre tu vida: recuperas el ritmo de tus actividades, estableces nuevos objetivos y rutinas o retomas aquello que habías abandonado. Sin embargo, es posible tener recaídas debido a circunstancias que evocan a la ex pareja. Pero, en general, 65% del tiempo la tristeza no está presente.
Por absurdo o simple que parezca, cada vez que te ríes das un pequeño paso. Organiza eventos, sal con amigos, no te encierres y recuerda: ejercicio, mucho ejercicio.
S A N A C I Ó N Y S A T I S F A C C I Ó N
Esta etapa es el final del proceso. Un día, sin darte cuenta, ya no sufres, empiezas a pensar en tus propias necesidades. Lo importante es que te sientes bien, empiezas a disfrutar los pequeños placeres que te da la vida, te das cuenta de que has estado todo el día sin pensar en tu ex pareja y cuando la llegaste a recordar ya no te dolía. Recuerda que aunque ya estás preparado para empezar una nueva relación, sería bueno que te dedicaras tiempo a ti mismo, a sentirte bien contigo y a disfrutar de tu independencia. ¿Merece la pena volver a ver a tu ex pareja? A veces no tienes opción y puede volver a producirte un dolor grande, por lo que en todo momento debes pensar: «La persona que yo amaba ha muerto, la persona que está hablando conmigo es otra». Si depende de ti evitar un reencuentro, hazlo hasta que su recuerdo no te genere tristeza ni odio. Por otra parte, sería bueno que escribieras una carta para ti sobre las cosas buenas que te dejó esa persona y lo que aprendiste. El resto, el resentimiento y los reproches, son sólo un lastre que tienes que quitarte de la espalda.
Lo que está claro es que la separación debería ser la última de las acciones si se mantiene el respeto entre ustedes dos. Si has llegado hasta aquí es que aún tienes, aunque sea pequeña, esperanza de arreglarlo. ¿Habéis probado a introducir cosas nuevas en la pareja? ¿Juegos de dos? ¿Juegos de más? Quizá ver el «Juego de las llaves» sol@ o en compañía te da ideas sobre cómo reflotar la relación… ¡¡Luego me cuentas!!