Porque…

“mejor me espero a llegar a mi casa”
“en cuanto pongan los comerciales”
“me aguanto hasta la siguiente caseta”
“contesto dos mails más y voy”
“me dan asco los baños públicos”

Y por mil cosas más, tenemos la mala costumbre de no hacer caso a nuestro cuerpo cuando la vejiga está prácticamente gritando ¡me urge vaciarme! Vamos por la vida aguantándonos el deseo de orinar, sin tomar en cuenta que eso puede tener serias repercusiones en nuestra salud.
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La vejiga de un adulto puede contener entre 400 y 600 mililitros y lo normal es que orinemos entre 5 y 10 veces al día. Si resistes la urgencia del ir al baño, además de experimentar incomodidad y hasta dolor, aumenta el riesgo de padecer una infección del tracto urinario (ITU por sus siglas). Esto se debe a que entre más tiempo pase la orina en la vejiga, es más fácil que se reproduzcan los gérmenes.

Las ITUs pueden irritar los nervios de la vejiga, dificultando la comunicación con el cerebro, por lo que paradójicamente, por aguantarte, podrías terminar sufriendo incontinencia. Además, los microorganismos pueden propagarse hacia los riñones, provocando un daño aún más grave al organismo.
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Aunque las mujeres son las que suelen aguantarse más tiempo y en términos generales son más propensas a padecer ITUs, ellos tampoco se salvan y también deben escuchar el llamado de su cuerpo.

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