La tricotilomanía es un trastorno de control de los impulsos que provoca que las personas se arranquen los pelos de la cabeza o de otras zonas del cuerpo (pestañas, cejas o vello corporal). Es un padecimiento que suele coexistir con otros problemas como ansiedad, baja autoestima y sentimientos de tristeza o depresión. Se estima que puede afectar hasta al 4% de la población y que es 4 veces más común en mujeres que en hombres.

Muchas personas con esta condición se arrancan tal cantidad de cabello que llegan a tener áreas calvas en la cabeza. Algunos aseguran no ser conscientes de su comportamiento y lo hacen mientras leen o ven la televisión. Hay quien lo hace con los dedos o utilizando pinzas y generalmente van de uno en uno. Se presenta en diversos grados de intensidad. Ciertos pacientes pueden reprimirla con un poco de concentración mientras otros sienten un impulso tan fuerte que difícilmente logran pararlo.

No se conocen con exactitud las causas de la tricotilomanía aunque las investigaciones apuntan a que se trata de un trastorno neuro-biológico. Algunos pacientes aseguran que lejos de ser doloroso, es un hábito placentero, lo que dificulta el pararlo. Para otros es una sensación parecida a la comezón y para otros más sí se traduce en dolor pero aún así no pueden parar.

El tratamiento para la tricotilomanía suele ser una combinación de fármacos inhibidores de la recaptación de serotonina y terapia cognitivo-conductual. Cuando el paciente se come los pelos que se arracó (tricofagia), pueden existir complicaciones ya que la ingesta de pelo suele ocasionar obstrucción en los intestinos que solo se resuelve con cirugía.