Normalmente la fertilización (la unión del óvulo y el espermatozoide) ocurre dentro del cuerpo de una mujer. Una vez fertilizado, el óvulo se adhiere al revestimiento del útero y va creciendo durante los 9 meses que dura el proceso de gestación. A esto se le conoce como concepción natural. Cuando una pareja enfrenta problemas de fertilidad, pueden recurrir a una técnica médica conocida como in vitro, que básicamente consiste en realizar la fertilización en un laboratorio. El procedimiento tiene varios pasos:

  • Estimulación: La mujer recibe medicamentos que buscan incrementar la producción de óvulos.
  • Retiro: Mediante una intervención quirúrgica sencilla, se extraen los óvulos del cuerpo.
  • Inseminación y fecundación: Los óvulos de mejor calidad y los espermatozoides se colocan en una cámara de ambiente controlado para que se realice la fertilización.
  • Cultivo: Una vez que el óvulo está fertilizado se divide y se convierte en un embrión. Se vigila durante algunos días para supervisar que su crecimiento es normal.
  • Transferencia: Se colocan los embriones en el interior del útero de la mujer mediante otro procedimiento sencillo que se realiza en el consultorio del médico.

La fecundación in vitro lleva realizándose de forma exitosa desde hace más de 40 años. Sin embargo, sigue siendo un método caro que muchas veces debe intentarse más de una vez para que funcione.