La depresión es uno de los padecimientos más graves y sin embargo, muchas veces no le damos la debida importancia. Alrededor del planeta la sufren en algún grado más de 350 millones de personas, cifra que va alarmantemente en aumento. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para el 2030 será el principal problema de salud por encima del cáncer y las afecciones del corazón y las vías respiratorias. Coyunturas como las de ahora, en la que algo tan inesperado como el coronavirus irrumpe en nuestras vidas y parece que acaba con todo: se lleva a tus familiares, cambia tu vida, te genera estrés, etc., hace que el número de depresiones aumenten y que pasen desapercibidas, al ser visto como algo «normal en una situación así». 

Más de la mitad de los afectados por depresión no recibe un tratamiento eficaz y muchas veces ni siquiera se detecta el problema. Hasta ahora, el diagnóstico se realiza tomando en cuenta los síntomas que el paciente describe al especialista ya que no existe una prueba biológica que pueda determinar con objetividad qué personas sufren depresión. Sin embargo, esto puede estar a punto de cambiar.

Aún así, es muy importante ser consciente de que es algo que nos puede pasar a todos, en cualquier momento y es esencial estar atento a las señales, en tu propio cuerpo y en de las personas con las que convives. ¡No dejemos que el COVID – 19 nos afecte más de lo que ya lo hace! Si tú o alguien que conoces presenta estos síntomas, es recomendable buscar la ayuda de un profesional de la salud mental:

  • pérdida de apetito
  • pensamientos suicidas
  • alteraciones en el sueño (dormir en exceso o presentar insomnio)
  • fatiga crónica
  • dificultad para concentrarse
  • irritabilidad 
  • tristeza