Dormir es una actividad indispensable para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Cuando lo hacemos adecuadamente, nuestros tejidos y funciones físicas y cerebrales se restauran proporcionándonos energía para el siguiente día. Sl mal dormir se vuelve un asunto crónico, nuestra calidad de vida disminuye. Además, aumenta la propensión a padecer enfermedades y accidentes.

De entre los muchos factores que pueden impactar en la calidad de nuestro sueño, hay algunos que son muy comunes. Revisemos 5 de ellos:

Estrés

Si tu mente sigue ocupada a la hora de dormir, no lograrás conciliar un sueño profundo. El estrés altera el ritmo circadiano, dejándonos en un perpetuo estado de alerta lo que permite que cualquier ruido o movimiento te despierten. Por lo menos media hora antes de dormir, desconecta de los asuntos que te preocupan. Tomar un baño, leer una novela o armar un rompecabezas te pueden ayudar.

Estimulantes.

El alcohol, la cafeína, el tabaco, algunos alimentos con capsiacina (chiles) o con tiramina (nueces, quesos añejos), estimulan nuestro sistema nervioso interfiriendo así con el reposo. Evita consumirlos cerca de la hora de dormir.

Cena abundante.

Abusar de las proteínas y grasas provoca una mayor secreción de ácido clorhídrico, que lo que produce acidez estomacal. Además las proteínas reducen la síntesis de serotonina en el cerebro. Esto aumenta la producción de adrenalina, lo que nos mantiene en estado de alerta. Procura cenar de forma ligera y evita ir a la cama inmediatamente después de comer. Prefiere alimentos ricos en carbohidratos (arroz, pan, patatas) y triptófano (leche, plátanos).

Inconsistencia.

Si tu rutina para ir a la cama es irregular (lo mismo si lo es para levantarte), tu ritmo circadiano se altera. Una de las primeras recomendaciones de los expertos en el sueño, consiste en establecer horarios fijos para dormir y despertar y mantenerlos incluso los fines de semana.

Temperatura equivocada.

Durante el sueño disminuye la temperatura del cuerpo pero si en nuestra habitación reina el calor, no se logrará este descenso. Por el otro lado, si es demasiado fría, tampoco. Lo ideal es que el ambiente esté entre 18ºC y 22ºC.

Si tu problema de sueño no está relacionado con alguno de estos factores y está afectando seriamente tu calidad de vida, no dudes en acudir a una clínica del sueño para descartar un trastorno mayor.