Sí, seguro que has notado muchas veces que cuanta más ansiedad tengas más te cuesta estudiar. Está comprobado que aquellas personas con niveles de ansiedad constantes tienen una menor capacidad de retención y de memoria. Para recordar algo bien, es necesario concentrarnos en aquello que estamos tratando de aprender y estamos pensando continuamente en otras cosas más amenazantes. Una persona ansiosa raramente estará presente en un 100% (su mente divaga en las preocupaciones), por lo que es prácticamente imposible que se concentre. Gran parte de su atención se enfoca en la búsqueda de estímulos amenazantes.
Cuando aprendemos, no sólo estamos centrados en lo que nos dicen, sino que toda la información alrededor nos permite afianzar mejor los recuerdos. Si te paras a pensar en un momento maravilloso de tu vida, te acordarás desde con quién estabas, a qué olía, si hacía sol, etcétera. Todo ese sinfín de detalles te ayudan a consolidar esos recuerdos además de permitirte evocarlos con facilidad.
Los pensamientos de las personas ansiosas están ocupados en posibles amenazas, por lo que construyen recuerdos menos intensos de experiencias positivas. Por muy bueno que sea el momento, hay una parte de ellos que no se entrega a la vivencia y sigue en estado de alerta. Su memoria es selectiva y suele desviarse hacia los eventos negativos.