No dejes que nadie te dicte lo que debes hacer con tu vida y menos los medios de comunicación y las películas porno. De estas películas habría que desprender muchas prácticas. Lo que te gusta a ti, otra persona lo puede detestar y probarlo todo por tacharlo en tu agenda te puede llevar a hacer auténticas aberraciones.

Hay parejas que se atrevieron al famoso trío o al intercambio de parejas (swingers) y el que uno de ellos fuera forzado a esa práctica acabó rompiendo la relación. La gran mayoría de nosotros no necesitamos que se nos diga cómo saborear un buen plato de comida y menos que nos fuercen con algún tipo de chantaje. El sexo tiene que ser consentido, no impuesto.