Desde principios de diciembre y hasta los primeros días de enero, los centros comerciales son selvas llenas de personas con una voracidad insaciable: comprar regalos. 

El intercambio de obsequios con los seres queridos en estas fechas es una tradición que ha existido desde tiempos muy antiguos aunque ha ido evolucionando con los años. Algunos antropólogos proponen que su origen puede localizarse en los ritos y festividades del solsticio de invierno en los que se hacían ofrendas a los dioses para agradecer lo recibido durante el año, pero también se ofrecían regalos a los más allegados. Hoy en día es una costumbre, sí, en parte fomentada por la mercadotecnia, pero que nos encanta porque los regalos tienen un sentido emocional ya que están relacionados con querer y ser queridos.

De todos los regalos que compramos en estas fechas uno que muchas veces se nos dificulta escoger es el que se dará a la pareja. Darle el regalo perfecto no es tan complicado solo se trata de obsequiarle lo que quiere. Los estudios de satisfacción demuestran que somos más felices cuando nos regalan lo que deseamos. Preguntarle qué quiere es entonces la solución más fácil. Claro que es posible que te enfrentes a un «nada», «sorpréndeme», «lo que quieras» y entonces lo que debes hacer es comenzar una investigación, pregunta a sus amigos, analiza sus gustos y piensa ¿qué le encantaría presumir a sus amigos?. Para que la cosa sea aún más sencilla toma los siguientes puntos en cuenta:

No le des lo que tú quieres.

Ella no será feliz con el nuevo Call of Duty y él tampoco con la edición especial de Sex & the city. Al comprarle algo que quiere, le harás sentir especial ya que además sabrá que tomaste en cuenta sus gustos y te tomaste el tiempo para elegir el regalo correcto.

Si desconoces del tema, simplifícalo.

Cuando piensas en los gustos de tu novia y te vienen a la mente cosas complicadísimas como la ropa o el maquillaje, busca la forma de quedar bien sin arruinarlo, por ejemplo, en vez de comprarle coloretes y labiales sin ton ni son, regálale un curso con ese maquillista al que tanto admira. En ropa hay además otro factor que complica  la ecuación: la talla. Lo mejor es darle un certificado de regalo de su boutique favorita.

Gasta de acuerdo a tu presupuesto.

Recuerda que el regalo perfecto no es el más caro, se trata de dar un detalle que haga feliz al otro, no de endeudarte a lo loco y que luego sufra tu mal humor, consecuencia de tener que pagar lo que debes. La crisis mundial nos ha pegado a todos y es posible que no tengas dinero para comprar algo, si es así, no te preocupes una cena preparada por ti o un vale para darle un masaje en la espalda pueden ser regalos maravillosos.