No nos vamos a engañar, ¡todos hemos mentido alguna que otra vez!. Pero un mentiroso compulsivo miente más, bastante más. Para este tipo de personas, mentir se convierte en un hábito. Se trata de un rasgo de su personalidad y aquellos que conocen bien a esta persona ya saben «de qué pie cojean».

En muchos de los casos se tolera porque las que dicen son mentiras pueriles e inofensivas pero en otras ocasiones puede llegar a sacar de sus casillas a quien convive de una forma u otra con alguien así. Pero también los hay que pueden llegar a ser peligrosos si para ellos sólo eres una víctima de la que se puede sacar provecho o a la que hacer daño.

Mentir mucho no te hace un experto de la mentira, si así fuera, nunca te pillarían. Pueden ser más o menos torpes, pero la mayoría suelen contradecirse a sí mismos o algo peor, vivir en una pesadilla constante porque mantener un entramado de mentiras como el que crean, requiere un gran esfuerzo y habilidad y no es nada fácil llevarlo a cabo.

¿Son malas personas?

Asociamos mentir con la maldad y, obviando que todos mentimos, lo que es más indicativo de maldad es la intencionalidad de la mentira. Si quieres dañar a alguien, y los que tienen esta intención son los peligrosos, si que existe maldad, mientas o no. Pero si mientes para darte importancia, para impresionar a alguien o para evitar hacer daño, no hay esa intencionalidad de perjudicar, aunque en ocasiones se logre igualmente.

¿Qué dice la ciencia?

La ciencia dice tienen una «ventaja natural» para mentir. Científicos de la Universidad de California del Sur detectaron algunas diferencias estructurales en el cerebro de los mentirosos compulsivos, por ejemplo, tienen mayor cantidad de sustancia blanca que de sustancia gris en el lóbulo frontal. La sustancia blanca sería la que se ocupa de la transmisión de la información y la gris la que se ocupa de la elaboración de información («cableado» y «disco duro», en palabras de los psicólogos Yang y Raine). Concretamente, los mentirosos compulsivos tienen un 22% más de materia blanca y, a «mayor cableado», mayor capacidad para mentir. Mientras que tienen un 14% menos de materia gris que es la responsable de tomar las decisiones morales, por lo que les preocupa menos el aspecto moral a la hora de mentir, ¡esa es su «ventaja»!. Y tú, ¿has sufrido a un mentiroso compulsivo?