Seguro que ya lo sabes pero las lágrimas cumplen la función fundamental y necesaria de limpiar y lubricar el ojo. Cualquier alteración o cambio relacionada con las lagrimas influye en la agudeza visual y en nuestra vista. Cuando nuestros ojos son incapaces de mantener una película lagrimal sana, es cuando se desarrolla un trastorno conocido como síndrome del ojo seco. ¿Habías escuchado hablar de él?
Esta afección del síndrome del ojo seco es mucho más común en el mundo de lo que crees, se estima que el 30% de las consultas oftalmológicas del mundo están relacionadas con este tipo de afección. Se presenta con mayor regularidad y frecuencia en mujeres que han pasado los 40 años ya que los cambios hormonales propios de la edad, hacen que sus ojos produzcan menos lágrimas de lo normal. Otros motivos detrás del desarrollo del Síndrome del Ojo Seco pueden ser:
- Pasar mucho tiempo en ambientes secos
- La exposición prolongada al sol sin protección
- El tabaquismo
- La ingesta de fármacos para tratar los distintos tipos de alergias
- Un trastorno inmunitario que destruye las glándulas lagrimales que se conoce como el síndrome de Sjögren
El síndrome del ojo seco afecta a la calidad de vida de las personas que lo sufren, ya que les dificulta realizar actividades cotidianas y puede incluso reducir el rendimiento laboral. Todo esto puede llevar al paciente a vivir bajo mucho estrés. Algunos de los síntomas que se muestran son:
- Ardor, picazón y/o sensación arenosa en los ojos.
- Enrojecimiento del ojo
- Dificultad para abrir los ojos por las mañanas
- Sensibilidad extrema a la luz
- Visión borrosa
El síndrome del ojo seco suele tratarse con lágrimas artificiales, ungüentos lubricantes para los ojos y otros medicamentos tópicos. Si presentas algunos de los síntomas que hemos descrito, acude de inmediato a visitar a un especialista. De todas formas, también puedes llevar a cabo algunas medidas para prevenir este padecimiento, por ejemplo:
- Utiliza humidificadores en casa y en tu lugar de trabajo
- Haz pausas de cinco minutos por cada hora que pases frente al ordenador o de una pantalla
- Evita fumar y exponerte al humo de otros fumadores
- En el coche, estés al volante o no, dirige el aire acondicionado al cuerpo y no a tu rostro
- Parpadea a menudo
- En exteriores, utiliza gafas de sol para proteger los ojos de los rayos UV y del viento, tanto en verano como en invierno
Y tú, ¿padeces resequedad ocular?