«¡Enderézate o te voy a poner unos libros en la cabeza!», te decía la abuela cada vez que te veía encorvado. Hoy lamentas no haberle hecho ni caso y que
«¡Enderézate o te voy a poner unos libros en la cabeza!», te decía la abuela cada vez que te veía encorvado. Hoy lamentas no haberle hecho ni caso y que